Desde los orígenes de la humanidad las obras carecieron de prohibición de copia, reproducción o edición de estas, el Poema de Gilgamesh es un ejemplo de ello. Desarrollado desde hace 4 milenios por los sumerios, escrito y preservado hace 2650 años gracias al rey asirio Asurbanipal, ha llegado a nuestros días sin grandes querellas por parte de sus descendientes. En este blog, no existe nada que no se pueda difundir, publicitar o copiar en última instancia, siempre que se indique la procedencia. Los textos de opinión son originales de LibroVicio's, pero los derechos de autor, en este caso, son universales, no te cortes y difunde.
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Ready Player One. Ernest Cline.

Estamos en el año 2044 y el futuro es una mierda deprimente. El mundo pasa por una crisis económica devastadora, los ricos son muy ricos y los pobres muy pobres (¿he dicho que era el futuro?). En esta distopía, el único consuelo de la gente como Wade, nuestro protagonista, es alejarse del mundo real y pasar la mayor parte de su vida en OASIS, un mundo virtual creado por James Halliday y Ogden Morrow, dueños de la empresa GSS. En OASIS se puede jugar, se puede aprender y se puede socializar con otros avatares. Y además, OASIS en sus accesos básicos es gratuito. Cuando Halliday muere sin dejar herederos anuncia en su testamento que ha dejado una serie de llaves ocultas en OASIS. La persona que sea capaz de conseguirlas obtendrá su inmensa fortuna y, lo que es mejor, el control de OASIS. Wade, junto con miles de otros jugadores se lanza a la caza de estas llaves. 

La clave para obtener las llaves es tener unos conocimientos más que profundos de la cultura geek de los años setenta y ochenta del siglo XX; los años de niñez y juventud de Halliday. Para complicar las cosas una multinacional malvada, la IOI, pondrá toda la carne en el asador para resolver las claves del juego y apoderarse de OASIS para sus propios fines (mercantilistas, claro). Para ello contrata un ejercito de avatares mercenarios equipados con todo el equipo (virtual) que el dinero puede comprar.

Ready Player One no es una novela especialmente original. Ya hemos visto cosas parecidas y, en ocasiones, más complejas y mejor escritas. Es una novela liviana, entretenida y hasta cierto punto complaciente en su desarrollo. ¿Cual ha sido pues el secreto de su éxito? Se trata de un secreto mucho más sencillo de desvelar que las claves ocultas de OASIS. Cline ha apelado, desde su propia condición vital a toda una generación que vivió su infancia, adolescencia o primera juventud a finales de los setenta y los ochenta. Un espectro bastante amplio de lectores que disfrutará con la gran cantidad de referencias a los videojuegos, la música y al cine de estos años que aparecen en la novela.

Así, bajo la apariencia de una novela cyberpunk, casi juvenil por su argumento y protagonistas se esconde un tremendo ejercicio de nostalgia para treintamuchoañeros, y perdonen el palabrejo. Y lo mejor es que este ejercicio por parte de Ernest Cline no es un simple cebo, porque se nota la sinceridad. Realmente Cline ama estas cosas (el tipo tiene un maldito DeLorean y miles de juegos antiguos en su casa), y este cariño se nota y se agradece en las páginas de la novela.

Ready Player One no es una gran novela. No está especialmente bien escrita y seguramente envejecera mal. Pero, que demonios, si disfrutaron con las consolas o los ordenadores de ocho bits, con las maquinitas de marcianos, con las películas ochenteras, los peinados cardados o Cyndi Lauper, entonces leánla antes de que ustedes mismos envejezcan y todos estos momentos se pierdan como pixeles en un monitor de fósforo.





3 comentarios:

  1. Un maravilloso y entretenido libro para nostálgicos de aquellos años con múltiples referencias a la cultura pop. No es ninguna obra maestra pero yo me lo pasé pipa leyéndola :)

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  2. Cierto, cierto, la novela es más bien mediocre pero como ejercicio de nostalgia no tiene precio para los que vivimos los inicios del friquerio videojueguil, esas pelos entrañables como Juegos de guerra, y los píxeles que aun ahora se comen parte de mi vida. Ains...

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  3. Yo la encontré entretenida. Una novelita para pasar el rato con impagables referencias a los 80.
    Indispensable para frikis veteranos.

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