Desde los orígenes de la humanidad las obras carecieron de prohibición de copia, reproducción o edición de estas, el Poema de Gilgamesh es un ejemplo de ello. Desarrollado desde hace 4 milenios por los sumerios, escrito y preservado hace 2650 años gracias al rey asirio Asurbanipal, ha llegado a nuestros días sin grandes querellas por parte de sus descendientes. En este blog, no existe nada que no se pueda difundir, publicitar o copiar en última instancia, siempre que se indique la procedencia. Los textos de opinión son originales de LibroVicio's, pero los derechos de autor, en este caso, son universales, no te cortes y difunde.
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LOS CABALLOS CELESTIALES, Guy Gavriel Kay

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LOS CABALLOS CELESTIALES

El glorioso emperador Taizu de la Novena Dinastía gobierna sobre Kitai, el reino más rico y poderoso delmundo. Su poder se extiende gracias al empuje de sus ejércitos y a la burocracia de los mandarines, que han conseguidodécadas de paz en el imperio para que fluyan a él todas las riquezas del mundo conocido. En Kuala Nor, un campo de batalla remoto en medio de las montañas, Shen Tai, hijo del difunto general Shen Gao, honra la memoria de su padre enterrando a los muertos, amigos y enemigos, de incontables batallas libradas en esa llanura. Los fantasmas de los muertos le hablan por las noches, apenados o furiosos, hasta que entierra sus huesos y acalla sus voces.


Colección de literatura fantástica de RBA.


Guy Gavriel Kay (Weyburn, 1954) autor canadiense de literatura fantástica, su obra se caracteriza por su ambientación en reinos de f icción ambientados en periodos históricos reconocibles. Durante su estancia en la universidad de Oxford colaboró con Christopher Tolkien en la edición de El Silmarillion, tarea que contribuyó a aumentar sus conocimientos sobre literatura fantástica y que marcó la influencia de Tolkien en su obra. Su primera novela, El árbol del verano, fue publicada en 1984, inaugurando la trilogía de El tapiz de Fionavar. Ha recibido numerosos premios, entre los que destaca el World Fantasy Award en 2008.


Trasladados a un sucedáneo del Imperio Chino de nuestro mundo, el autor nos cuenta la historia de Tai, el segundo hijo de un general importante que, a la muerte de su padre se traslada a pasar el luto en un punto remoto del país para enterrar los huesos de antiguos guerreros.
Dicha actividad acaba valiéndole la recompensa del país vecino (ya que también entierra a sus muertos), una recompensa en forma de 250 caballos sardios. Dichos caballos son valiosísimos, siendo uno sólo un auténtico tesoro...

Y ya, fuera de la lectura del libro pero como dato curioso cabe destacar esto

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